sábado, 26 de diciembre de 2015

UÑAS ROJAS PRESENTA A ESTE RARO BICHO VOLADOR, BENJAMÍN PRATI


Dicen por ahí ciertos Famas lanzados a las teoría biológicas que las hermanas son hijas de un padre y una madre, los más progresistas están discutiendo si aceptan las hermanas de padre padre, madre madre o mapadre.

Las cronopias ke vamos bailando por la vida, nos hacemos hermanas con una caja de vino barato y lágrimas, estas nos salen del desborde de vida y de las irrefrenables ganas de echar abajo-levantar esos mundos que suenan a piedras y a alas.

Estas hermanas se reconocen en el cielo, más bien en el techo de algún viejo edificio en donde se elucubra ese nuevo mundo de jardnes posibles. Es probable ke esas hermanas bailen, siempre descalzas es su condición primera, saltando de una estrella a otra, explotando luego en alguna barricada de las que abundan en la tierra, en cielo son menos, pero también hay.

Las hermanas batallamos por la tierra, los orgasmos, las sexualidades y a las hermandades. Y así vamos encontrándonos en los jardines ke al mismo tiempo vamos construyendo.

Las hermanas lo somos en palabras, en agüita de ojos, en rupturas y enyesaduras, lo somos de a pie y a caballo, siempre contra, y siempre, pero es ke siempre, actuando.

Este compendio de textos es de un hermanito, con el cual batallamos contra esa o que se nos ha impuesto, con el cual deformamos la vida, el lenguaje, las distancias, las fronteras, las batallas y las artes.


Se comenta por ahí que ciertos Famas ya estaban debatiendo acaloradamente sobre este texto, antes de ke se publicara, nosotras nos estamos abrazando borrando cualquier distancia que exista entre eso que llaman México y eso otro ke llaman Chile.


Uñas Rojas la Metralleta se declara antipatriarcal y en ese sentido, reconocemos el mundo de posibilidades que pueden construirse con esos hombres, estos pues, a quienes podemos llamar compañeros, que luchan a nuestro lado, que luchan consigo mismos, hermanos, como este que toma la pluma para gritar.

Ayer u hoy o mañana, leí: 
"Hace 150 millones de años, con días de 23 horas y seis minutos, se desarrollaron las aves"
Y estas aves, bichos raros, existen a pesar de tanta muerte, resisten. Algunas veces me pregunto qué es lo que las hace seguir existiendo en estos días de 24 horas y de capitalismo asfixiante, otras veces me uno, otras veces las entiendo, otras tantas disfruto su vuelo...


Estos escritos salen de la mano compa de Benjamín, actor, teatrista, pedagogo, volador empedernido, nacido al sur del continente; compartimos letras, luchas, búsquedas, el derrumbe de los muros machoidiotas que nos caen de todas partes. Nos separa la biología y no nos importa, coqueteamos como con él y con todo compañero que se reconozca con nosotras y cuestione/trabaje contra sus privilegios.



Frente al machoidiota que llevamos dentro, resisto.


El que orgulloso nos convence que toma más alcohol que todxs los ahí presentes,
El que habla fuerte y no escucha en las asambleas,
El que sabe pelear,
El que cree que el uso del lenguaje inclusivo es una estupidez, una pérdida de tiempo,
El que le encanta hacerle bulling a los amigos, pero solo de webeo,
El más caballero de todos, el que “respeta a las mujeres”
El que habla de la revolución, pero cree que la loza se lava sola,
El que cree en la lucha de clases, pero no lucha consigo mismo,
El que piensa que no es machista, que no es opresor, que ya está liberado,
El que no se cuestiona cómo ha tenido sexo durante su vida,
El que no se preguntó por el amor y la libertad,
El que no se cuestiona el número de mujeres en una organización política,
El que habla de libertad, pero no cuestiona sus privilegios,
El emancipado que vive en impunidad,
El más inteligente que es incuestionable,
El que no ve al femicidio como el genocidio cotidiano del patriarcado en el mundo entero,
El que no ve al abusador como un enemigo de género,
El que no se cuestiona su condición de machoidiota,

En el fondo…..                                                            
                          … y tristemente………..

                                                               …. Con mucha rabia…..                
                                                                       
                                                                                   ….. .. somos casi todos….

 Pero en el ejercicio de liberación cotidiano e insistente, no me quedo. Ni me aburro. Resisto.




Que raro eso de decirte: “Mi amor, bla...”


Esta sociedad siempre me ha parecido muy rara. Incluyéndome, por supuesto. Pero una de las cosas que me parecen particularmente raras es escuchar a “las parejas” diciéndose “Mi amor, esto” o “Mi amor, lo otro” “Mi amor, bla”.... Es que de verdad, me sorprende muchísimo cómo las personas se denominan “tú eres mi amor”..... entonces, ¿yo no tengo mi amor? Digo, si tú  lo eres, entonces yo no lo tengo... y si ya no estás ¿qué pasa con mi amor? ¿te lo llevas? ¿me quedo sin amor? uufff!! tamaña responsabilidad que le encajo a alguien de entrada!

-“Mi amor, te amo con todo mi amor”
-yo también, mi amor.
(se miran, se ríen tiernamente. Se besan).
-Eres lo mas importante de mi vida, en serio, nunca me había pasao con nadie.
-tú  pa mí lo eres todo, tranquilx. Tu eres mi todo, te amo más  que a mi propia vida.
-aaayyyy!!! que bonito estooo!!! sabí que no dejo de pensar en ti todo el día, toda la noche.... jajja a veces, en la pega me molestan, me dicen que parezco disco rayao de tanto que hablo de ti.
-jajaja y a quién  le contai, mi amor?
-jajaja no sé a todos!
-Cómo a todos?
-        ayyy mi amor, da lo mismo.... a los chiquillos de la pega, que se yo.
-        Pero qué chiquillos, mi amor?
-        Ayyy no sé, a la chica, a la tati... a la sandrita.
-        Y por qué tiene que contar NUESTRAS cosas a los demás? Por qué tiene esa fascinación por publicar nuestras cosas de pareja, mi amor?
-        Y que tiene, mi amor?
-        Es que esas cosas son solo nuestras y de nadie más.
-        Tiene razón, mi vida. Nuestro amor, es solo de nosotros dos y de nadie más.
-        Te amo para siempre.
-        Yo también, para toda la vida.

Sí, dan ganas de vomitar.
Continuando...  Ese “Mi amor” esconde un profundo sentir de posesión sobre el otro, por sobre la autonomía del otro. Por encima del deseo del otro. “Tú  eres mí amor y esa decisión es mía”... si tú  eres mi amor ¿podré amar de nuevo? ¿Podré amar a otrxs? Si te significo como mi amor ¿me amo? ¿puedo sentir otros amores? Si tú eres mi amor, no solo te hago responsable de mi amor, sino que también lo serás, ignorando tu libre decisión de optar por no querer ser ese amor que yo quiero que tú  seas.

El “mi amor” igual es una tontera, podría ser cualquier otra cosa por el estilo, sin embargo en las palabras o acciones que decidimos usar (nunca azarosamente) algo se nos escapa de nuestras formas de entender y sentir esto que nos rodea siempre que es el mundo. ¿Cuál o cuáles son los amores que quiero vivir? ¿cómo lo o los quiero vivir? ¿con quién? ¿con qué? ¿cuándo? ¿para qué? Por qué quiero ese amor y no el otro? ¿cuál es o son los amores que no quiero vivir?

El amor es quizás la fuerza más  manoseada de la historia. Pero indudablemente, para nuestra historia, para nuestras subjetividades, es una fuerza que está en la posibilidad de crear libertad y libertades, de ser un potenciador en lugar de un represor. El amor está en posibilidades de ser un gatillador de transformación y transformaciones. De ser un acto consciente, de ser una decisión política también. El amor puede movilizar. Depende únicamente de cómo decidamos y hagamos al amor.

                                  
Imagen recuperada desde el Kolectivo Poroto: https://www.facebook.com/kolectivo.poroto/?fref=photo

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Una y otra vez se acabará-empezará


Lo ideal de iniciar algo es saber que se terminará, que tarde o temprano acabará o se transformará en otro algo y ese otro algo seguirá así el curso de la resignificación, de la negación y la dialéctica.
Hemos decidido volver, pero desde un final, en verdad desde varios finales.
Lo que leerán a continuación son dos escritos de uñas por separado. Cada uno de ellos es el testigo de una ruptura, de una trizadura que pareció mortal ¿De qué otra manera es una ruptura con algo-alguien, con un proyecto que realmente importa?
Estos escritos también son una declaración de rupturas. Sí.
Porque así nos vamos haciendo, trizadas, rotas, frágiles… pero ¿han tocado los trozos de un vaso roto? ¿Han roto una copa de vidrio barato y han intentado agarrar los trozos así como así?
En la madrugada, en ese oscuro que no se sabe si es el principio o el fin, cuando las copas baratas están reventadas por el suelo, cuando la embriaguez de la ruptura te ciega; los trozos rotos de algo se incrustan en los pies y no hay nada más doloroso que unos vidrios rotos incrustados en una rota como una.
Como las manos del obrero con el martillo y la explotación, como las manos de la doblemente explotada trabajadora de alguna maquila,
el problema es que una se pone dura de tanta herida.
Quizá el problema no sean nuestras durezas, sino el momento en que nos lanzamos, saltamos, dejamos ir para saber si los callos se convierten en plumas y nuestras roturas en alas.
Si separarse o romper se siente como morir, hay que saber que de la muerte nace la vida, nacen las semillas de nuevas luchas,
Que hay que saber llegar, sí, pero hay que saber irse, sobre todo hay que saber irse.
Y que frases como “adiós”, “me voy”, “ciao”, “hasta nunca compa”, “hasta pronto compa”,  son tan nuestras y tan necesarias y tan bellas como las puertas abiertas y los cantos de resistencia
Y gritar las despedidas y celebrar los adioses y sentir que las rupturas dejan de ser batallas sin sentido y se vuelven parte de los sentires y los pasos que miran hacia adelante y tienen memoria
Y hay una cosa, que entre tanto ser, entre tanta lucha, entre tanta muerte, entre tanto estar no se grita: ¿Quién dijo que el amor debía doler para ser real? ¿Quién dijo que el amor es una vía solitaria y destructiva?

Aquí están, estos textos que se escriben pensando en que un día el amor juegue a nuestro favor, que el amor sea un motor de cambios y transformaciones personales y comunales…


Tan frío como tus besos

Y fue pasando ke tus besos se hicieron tan fríos como tus besos,
No como la lluvia,
Porke ella abraza.  
Creería ke tienes sangre, si menstruaras, hombre.
Resulta ke hoy te mataste.
Sin ninguna herida, porke para tenerlas, repito, se necesita sangre.

Tu te encargaste de morir,
Y a tu funeral fueron invitados un ron y un amigo.
Tus recuerdos se han ido enfriando.
Las imágenes se fueron kebrando cada vez que no tuvieron ojos que las miraran.
La sangre para mi y para ti hoy no existe.
Resulta ke hoy el amor y tú comenzaron a ser cadáver.
Resulta ke hoy empezó el punto cero.
La isoterma cero de los besos, de la compañía y de mí creyendo en algo.
La isoterma cero del amor.
Ese punto en donde se convierte en nieve, todo.
Mi higado y el alcohol
Mis pulmones y la nicotina
Mis manos y el sexo
Mi corazón o cerebro (…) y el amor.
Resulta ke hoy perdimos lo ke creimos.
Y resulta ke todo se fue haciendo tan frío como mis besos.
¿Has tocado un cadáver?
Si nos topamos y tenemos sexo
Si hablo de incondicionalidad
Si nos encontramos y se dice ke nada importa
Si les hablo del amor
Si entierras a tu perro kojo
Si se cree en dios
O en el estado…
Estarás tocando uno.


ESTOY LISTA Y ES DE MADRUGADA 
Siempre es de madrugada,
Cuando te recuerdo siempre es de madrugada,
Y no habló del tiempo medido con relojes,
Sino de ese espacio-tiempo entre el día y la noche,
Entre el principio y el final,
Y ese espacio-tiempo bien puede ocurrir a las tres de la tarde
O a las doce del día.
Claro, son mis lugares comunes,
Quizá nunca te enteraste que el límite de la muerte es el que me angustia,
No la muerte, sino el antes de la muerte,
Ya lo habrás asociado: madrugada, límite, muerte, tu recuerdo.
Todo va de la mano, incluso la angustia
Que ahora sabe cómo fluir y controlarse.

A veces creo que tú-su-la revolución va a terminar con mi alma;
Esa alma hecha de incomprensión, palabras y emociones terriblemente contradictorias
Quisiera decirte, de verdad quisiera,
Que soy más dura, pero no.
Soy más fuerte, lo soy
Más distante, pero no indiferente,
¿Quién puede ser indiferente ante este mundo?
Ellos, ya sabemos quiénes son.

Quisiera contarte que sigo sin dormir,
Pero eso no me impide soñar un mundo
Y como dice Lemebel, tampoco me impide construir un mundo:
“Porque hay derecho de soñar, pero deber de construir”, dice la yegua.

Quisiera también decirte que esta madrugada te recuerdo,
Quizá porque escuché una frase en alguna canción que me hizo pensar en ti;
Lo que realmente quisiera decirte es: ya eres como una sombra,
Las noches ya no se llenan de ti,
Ni los pensamientos, ni mis luchas, aunque la lucha nos incluya a los dos.

No sé si es por el amor;
El amor combativo, no como eso abstracto que intentamos construir,
No sé si sea por las bocas que he besado,
Tantas bocas desde entonces, algunas desconocidas
Algunas intermitentes, algunas fugaces, algunas oscuras
La fascinación por las bocas proviene de su capacidad de decir palabras,
O callarlas, o sea, jugar con ellas.
Y esas bocas me enseñaron 
Que el afecto es revolucionario,
No sólo sentirlo, sino decir que lo siento
O que no lo siento.

No creas que no valió la pena.
Pero hay que seguir caminando,
Con quienes quieren caminar,
Tu revolución casi me roba el alma,
Casi me endurece por completo.
Pero no, no creas que no valió la pena.
Aunque casi me roba la vida,
Entendida por supuesto, como esa capacidad de sonreír y combatir,
Aun y en favor y con ayuda y pensando y sosteniendo la tristeza,
Casi me haces creer que ser triste no entraba en los parámetros de la revolución.
Casi me hago creer que ser yo no entraba en los parámetros del mundo,
Ese que vamos a construir
Ya te dije.
No creas que no valió la pena.

Te tengo que contar que no eres más un fantasma,
Ya no caminas conmigo,
Y si soy sincera, ya no recuerdo del todo tu cara.
Pero algo me hizo entrar en la madrugada,
Quizá para contarte de los pájaros en los que creo:
El pájaro-poesía, el pájaro-crear, el pájaro-niños y el
Pájaro-palabrasabismo,
Me encantan los abismos y arrojarme a ellos y después volver
Y construir un nuevo pájaro y con él arrojarme de nuevo al abismo-sentir,
Pero ya sé que todo eso te aburre,
No sé si puedas ver mis pájaros,
No sé si ellos te miren.

Pero nada de eso importa,
Porque  después de todo
Sólo vine a decirte una cosa.
Entré en la madrugada para poder decirte,
Por fin:
Estoy lista.
Estoy lista para dejarte ir.

domingo, 25 de octubre de 2015

Siempre me he sentido atraída por los hombres de miradas tristes...


Se parece más a querer morirse a fin de evitar la sensación insoportable de darse cuenta de que uno es pequeño, débil, egoísta y de que, sin ninguna duda posible, se va a morir. Es querer tirarse por la borda.
David Foster Wallace, Algo supuestamente divertido que nunca volveré a  hacer. 

Por eso yo no vine a convencer los convencidos ni a predicar a los que se sienten vencidos, yo vine a compartir con quien haya entendido que la pelea empieza por el ¿nido?
Ana Tijoux, Creo en ti, canción.




I
Siempre me he sentido atraída por los hombres de miradas tristes.
Hombres tristes.
Me atraen emocionalmente, estéticamente, amorosamente, amistosamente, sonoramente…
Es parte de la fascinación que ejerce en mí el placer del sufrimiento.
Y el goce del dolor.
A estas alturas debemos ser sinceras,
Dialogar con Bataille o con el histérico de  Freud
Y decir que hay algo en el dolor, en el que me sumerjo,
Que me produce un placer distinto, algo que no he sabido encontrar en la tranquilidad.
            Lugar tan común.

II.
Los hombres tristes.
Una sí elije la estructura de la cual enamorarse.
Parece poético sentirse atraída por esos
Ojos de tristeza inconmensurable,
Ojos de lejanía, de distancia.
Los que están fuera de este mundo o dentro, pero mirándolo desencantados, desde el fondo.
            Dolorosos, los dolientes.
            No.

III.
Una vez alguien  me dijo que tenía que dejar,
Abandonar, mi complejo de superheroína.
Entonces, por primera vez me detuve a mirar atrás.
¿A quiénes quiero salvar?
            A los hombres tristes.
Pero. ¿Salvarlos de qué?

IV.
¿Salvarlos de quién?
He pasado una buena parte de mi vida intentando convencer a los tristes
De que el mundo no funciona así,
La vida no funciona así,
Uno no puede simplemente despreciarlo todo,
He estado intentando encontrar una vida dentro de la muerte.
Y al final, lo admito
Son ellos quienes me han convencido, por lo menos por breves lapsos de tiempo
De que la vida sí es así, despreciarlo todo, resentirlo todo y decidir o saltas o te quedas.
Me han convencido que es más fácil sobrevivir siendo duros, fríos, disciplinados, incluso para salvar al mundo.
            Yo creo que en algún momento están absolutamente convencidos de que son ellos quienes me cuidan y protegen, de que estoy perdida.
Pero soy yo quien los sostiene, los impulsa. De ahí se desprenden sus arrebatos de tristeza y locura cuando me propongo irme.

V.
Siempre se despliega la misma batalla, con los mismos tópicos
Y en el mismo terreno: mi cuerpo, mi ser.
            Ninguna persona vale la pena
            Hay personas que valen la pena
            Luchar así no sirve de nada
            Hay quienes llevan tanto tiempo luchando. Todos los días cambiamos al mundo.
            Sentir así no sirve de nada. Es igual a ser poeta.
            La poesía me ha mostrado cosas que nadie más puede.
            La locura. Sos vos la que está al borde del precipicio, cobarde, no has tomado el paso, no has querido lanzarte, porque crees que aún puedes hacer algo por ti, por ellas, por ellos, por el mundo.
            No. Sos vos  en el precipicio, pibe, y yo soy quien evita tu caída.

VI.
Ellos disfrutan mucho más que yo la tristeza.
Se regocijan en el desencanto. En sentirse decepcionados.
Aman sentirse decepcionados, porque eso les permite asegurar su victoria,
Decir que tenían razón, el mundo es un lugar oscuro.
Bailan en la imposibilidad
En la crueldad
En el hermetismo.
En el despreciarlo todo, las estructuras, el sistema,
Y su  solución es volverse parte de él o volverse muertos, fríos.
Quizá es eso, es una batalla por la visiones de la vida,
No me aceptan como prueba de que algo puede ser distinto
Yo no los acepto como prueba de que algo puede ser distinto.

VII.
Me han marginado y despreciado. Han puesto trabas a…
            Mi poesía
            La felicidad
            El arte
            El amor
            La revolución
            La diferencia.
Busco penetrar la imposibilidad. Y siempre obtengo un no.
Construimos puentes demasiado débiles.

VIII.
Siempre el mismo efecto, sentirme incompleta, insuficiente, inútil,
Sospecho de mí, de mis deseos, mis actos, mis pensamientos
Mi construcción, mi lucha.
Me vuelvo sospechosa, sumisa.
Mi enemiga.

XIX.
El túnel.
Ese que describió Sábato.
Dos personas caminan por túneles contiguos,
A ratos parece que las barreras no existen,
Que comparten un camino.
A  veces hasta  parece que se tocan, cuando se detienen a mirarse, a platicar
A escuchar.
Pero no.
El túnel es el reino de la imposibilidad;
La barrera nunca cae.
Llegado el momento los túneles se bifurcan definitivamente, se van.
¿Por qué seguir intentándolo?
Por fascinación, por ego, por comodidad, por amor o por todo lo anterior.
Hemos sido condenados a tener una reducida gama emocional.
A elegir una sola forma de amar
Y a que esa forma de amar sea un gran fracaso.
La aceptación del mundo, nada va a cambiar.
Elegir la misma forma de amar, nos mantiene en los túneles, incomunicados
Separados, imposibles.
Alienados.
Abatidos.
Fragmentados.
Rotos.

XX.
Yo he huido de los felices, porque relacionarme con un hombre feliz implica
Cambiar mi estrategia emocional.
Porque ya aprendí cómo relacionarme con ellos, los tristes.
Cómo quererlos y odiarlos.
Aprendí a vivir con su violencia.
Aprendí a impulsarlos.
Aprendí de mi necesidad de ser necesitada.
Y a sufrir cuando dejo de ser indispensable.
A ser derrotada.
Amar a un feliz me implicaría un esfuerzo más complejo,
Una posibilidad de construir  de otra forma.
Qué cómodo nos resulta el sometimiento a las estructuras, a los lugares comunes.

XXI.
Ya los he escuchado.
Ya he aprendido.
Ya intenté.
Ya miré las estrellas.
Ya oprimí mi ternura, mis deseos.
Ya los consolé cuando lo necesitaban,
A la hora que lo necesitaban
Y como lo necesitaban.
Ya les dije lo que querían escuchar y sonrieron.
Ya les dije lo que no querían oír y gritaron.
Ya busqué dentro de su tristeza.
Encontré sus ojos,
Y me desgarré intentando revertir su dolor.
Ya los escuché despreciar mis palabras,
Mi poesía,
Mis pasos,
Mi camino,
Mis alegrías,
Mi placer,
Mi sentir.
Ya los lloré.
Ya.
Ya entendí su visión sobre la vida y la muerte, y cuando intenté explicarles la mía,
Se les cerraron los ojos. Los oídos.

XXII.
NO.
No es poético.
Mi atracción por los tristes no es poética.
Es violenta
Es una violencia que ejerzo contra mí.
Los he dejado invadir mi tristeza, someterla.
Volverla destructiva.
Yo, que tanto he dicho que la tristeza también combate,
Construye.

XXIII.
Los tristes escuchan de a ratos.
No duermen.
No paran.
No distinguen las diferencias.
No abrazan.
No miran.
No tocan.
No luchan.
Resisten, ellos resisten, analizan, critican, reconocen.
Pero no luchan.

He huido de los hombres felices,
Aquellos que me han recitados versos sin tristeza,
Aquellos que me han mostrado la felicidad combativa.
Aquellos que me han mirado.
Aquellos quienes no se  regocijan en la soledad o el abandono o en la mugre del mundo
Ellos están tristes; ellos luchan.
Ellos no me lastiman,
No me hieren,
No me detienen, no me inmovilizan ni me roban las palabras,
Ellos escriben versos de rebeldía en los vasos de café donde yo escribo versos de dolor.
Ellos no están perdidos,
No me piden salvarlos.

¿Y yo?

miércoles, 16 de septiembre de 2015

PUEDO ESCRIBIR LOS VERSOS MÁS DESOLADOS ESTA NOCHE: ESCRIBIR, POR EJEMPLO, A VECES TAMBIÉN HAY QUE DEFENDERSE DE LOS COMPAS…




A Roque
A las solas en la sierra



Puedo escribir los versos más alegres esta noche.
Escribir por ejemplo:
Veré arder tu grasa lujosainmunda 
Con un fuego histórico
Como nuestra rabia
Como nuestras hambres
Y tú y tu grasa inmunda harán arder todo lo tuyo y a los tuyos…
Y pienso en cosas más hermosas aún,
Como la masificación del odio de clase
Y el resentimiento…
Así de hermoso e inspirador me he imaginado al mundo por estos días
Solo para decir, real y profundamente, que…

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Como por ejemplo:
Tengo un grupo en el que confío,
Tengo un grupo de compas en el que me diluyo y me hago uno
Tengo un grupo en el que…
Un momento
¿eso lo dijo Roque Dalton, no?
¿o Allende solo en la moneda con su fusil el 11 de septiembre del 73?

Sí.
Definitivamente los más tristes esta noche.


Puedo escribir los versos más inconmensurables esta noche,
Escribir, por ejemplo, que la noche más oscura también puede estar en nuestra propia sierra,
Esa a donde vas con los compas
Y esa que te abandona, o donde te abandonas, cuando ellos te abandonan
Y entre tanto abandono una ya no sabe si tiene que huir
¿huir?, ¿a dónde? , ¿y los compas?
Pues son ellos de quienes hay que huir
Huir.



Solo quiero regalarnos-le un pequeño epílogo[1] a nuestra relación y un abrílogo[2] a nuestra historia, compañero:
¿se acuerda de aquel pasa(n)do de nuestra historia, ese que hablaba sobre la radicalización y la exclusión?
No?
No se acuerda?
¿Me recuerda?
Bueno, la Gilman se lo puede explicar, 
Yo quiero hacérselo sentir.
La radicalización la hicimos juntas, compañero, 
Cuando las víboras se hicieron ojo y dictamen universitario y nosotras fuimos, dimos cara y cuerpo, juntas compañero.
Se supone que la radicalización más obvia la descubrimos leyendo a Marx.
Pero pa’ mí fue cuando yo y mi cuerpo rosa-quebranto le dimos un abrazo interminable y usted compañero hizo de la incomodidad un abrazo de vuelta
Y unas alas
Y unas caminatas
Y unos fernets
Y juntas volamos y eso no lo olvido compañero.

No lo olvido mientras escribo los versos más atroces esta  noche,
Escribo y no es ejemplo, que a Roque Dalton lo asesinaron sus compañeros,
Por fallido, decían
Aunque Lil le insistiera en irse, y él insistiera en quedarse
Porque en los compañeros hay que confiar ¿no?
Pero ya lo sabemos “a los locos no nos quedan bien los nombres”
Y en la noche obscura del fusilamiento, cuando las ideas son poco claras
Y los planes precisos
Nos fusilan, sí, los compañeros,
Nos fusilan el llanto y se olvidan de nuestros nombres
Nos matan enterita la “sensiblería”,
El llanto… el llanto
Nos fusilan el grupo
El corazón por blando
Nos fusilan con palabras y sus silencios mortales,
Nos fusilan cuando excluyen porque
Somos fallidas, dicen, fallidas
Y no hay metáfora que escape a la soledad  profunda
Del no estar casi en ninguna parte
Entonces ¿la exclusión?…



Y la exclusión compañero, ¡ay!
No sé si fue con los disparos venenosos 
O cuando el ataque a nuestra feminidad de hembra
O cuando el ataque a nuestra feminidad de hombre
O cuando el ruido de nuestras alas en la cabeza no nos permitieron escuchar su defensa ante el ataque a nuestros colibríes-plantitas y llorones seres, compañero.
y usté sentado calladito en la banqueta del frente compañero, no en la sierra.
O quizá empezó cuando comenzaron a hablar en clave de su cielo roji-negro compañero.
Quizá empezó cuando se juntó en la sierra, al lado del metro, con las y los revolucionarios, 
Mientras nosotras nos lamíamos las alas pa’ curarnos el corazoncito y la cabeza, porque no entendíamos nada compañero.
¿Sabía usted compañerito que el peor asesino de un pajarito revolucionario es el desprecio?
Sí. Mucho más que el tirano opresor.


Puedo escribir los versos más estrictos esta noche
Escribir que  las estrategias disciplinatorias se imponen sobre las indefensas
Para no llorar, no reír, no denunciar, no gritar y no alzar la voz
Que hay que callarse, dice el compañero,  que hay que callarse las lágrimas
Si se quiere entrar en los parámetros de su revolución.
Mi primer enemigo, sí, mi primer enemigo: mi fascista interior.

Puedo escribir, querido Roque, los versos más intermitentes esta noche
Como sus luces, las de aquel a quien ya no sé si llamar compañero,
Ese que llega algunas noches y se va en cuanto le hablo de la poesía y los problemas
Y las charlas se cortan, porque su presencia es imaginaria
De otro tiempo, quizá, pero imaginaria
Y ya sabe usted, que en esta noche, en este mundo
El compañero vuelve y una está, acá, esperando
Y el compañero se va y una está, acá, esperando
A la espera del fusilamiento por distancia,
Porque no te importa, no le importa, ¿qué importa?
Puedo escribir los versos más ajenos esta noche
Escribir por ejemplo
Que usted puede olvidarse de mí
Dos o tres semanas
Y volver, porque y eso lo sabe,
Yo siempre estoy aquí.


Lo que pasa con la distancia, es que no se ve
Lo que pasa con la fractura, es que no se ve
Lo que pasa con la herida, es que no se ve
Y de esta conspiración de invisibilidades
Nadie se salva
si no curamos sin palabras
nadie se salva
Si nos curamos a puro baile
Nadie se salva
Qué oscuridad la de esta noche
En la que puedo escribir los versos más bailables
Y decir, que las caderas y el ritmo
No borran nada, si seguimos tan rotas
Y usted sigue tan necio
Y nosotras seguimos tan necias
Y en la noche de los necios nadie está a salvo
De sentirse enemigo,
Aunque el enemigo se ría mientras nos fragmentamos,
Aunque le hagamos el juego al enemigo mientras nos fragmentamos
Qué atadura la nuestra, compañero
La de mi sensiblería y sus ojos tan ciegos. 

Puedo escribir los versos más húmedos esta noche
Escribir por ejemplo, este cuerpo húmedo es mío
Defiendo la humedad de mi entrepierna
Y su derecho a humedecerse cuando quiera, no cuando usted, compañero, mande
No me diga que también va imponer reglas sobre mi humedad o sobre mi no-humedad

Puedo escribir los versos más ateos esta noche
Escribir por ejemplo, que yo le dejo a su dios
Ese que nos puso una manzana en el camino
Que nosotras comimos por todas nuestras cavidades.
Ese diosecito que cree que puede ir por la vida poniendo “pruebas”
Como usted compañero que quiso ponerme “un palito” en el camino
Y yo lo pisé, y lo invité una cerveza, y bailamos, y nos reímos, y… tanto compa, tanto.
Que yo me quedo con el palito y le dejo a su dios,
Yo lo cambio por mi rojo fusilabia,
A mi él ya no me sirve.

A nosotras, aparte, en la otra otra sierra también se nos ocurrió algo compañero
Y es ke nos abrimos.
Y es ke nos abrimos y haremos estallar otros frentes de lucha compañero.
Mis letras, mis vaginas, nuestros juegos y lágrimas compañero.


Puedo reescribir los versos  más audaces esta noche
Como los de Dalton, que como yosotras, ama la vida y al pan y a la poesía
Que, como yosotras, cree que el mundo es bello, pero atroz 
Cree que la poesía es como el pan, de todos. 
Y que mis/sus/nuestras  venas no terminan en mí/nosotras
 sino en la sangre unánime de los/las que luchan por la vida, el amor, las cosas, 
el paisaje y el pan, la poesía de todos
Y a usted compañero ¿por qué le cuesta tanto creer en nuestra poesía, si también es poeta cuando lucha y habla de historia, de filosofía o economía?
Y a usted  compañero ¿por qué le cuesta tanto ver mis pájaros si también lucha por huir de la jaula?
Y usted compañero ¿por qué insiste en la dinámica del silencio y la exclusión, si también ha sido callado y excluido?
Yo lo que le pido es que no me corte las alas, ni el llanto, ni la poesía, ni la denuncia de quienes nos lastiman, de quienes lo lastiman
Aunque sean compañeros.

Foto: Diego Figueroa

[1] Dícese, compañero, de la parte final de algún escrito en el que se da el putazo, el colapso, el desenlace de alguna acción aletargada en el tiempo o a un suceso que tiene que ver con la acción principal o es plena consecuencia de ella.
[2] Dícese, compañero, de la invitación que genera la ruptura, el putazo o el desenlace de aquella acción.

miércoles, 12 de agosto de 2015

UÑAS ROJAS PRESENTA LA POESÍA DE ESTA GATA BAJO LA LLUVIA, JAVIERA NUÑEZ




Nadie dijo que vender nuestras cuerpas en Tlalpan, hacer pedagogía, investigar, perseguir, dejarnos perseguir por los rincones del arte-marginado y escribir con la metralleta fuera fácil, por eso nuestra labia fusil ha estado un poco ausente. Pero...






Uñas Rojas la Metralleta se complace en presentar a esta pescadora incansable de desilusiones. Estudió actuación teatral (ahí se hizo mundialmente famosa como la tarántula negra) en Chile. Esta escritora, actriz, investigadora y directora teatral chilena, reside en México desde hace 8 años. Oficialmente se cuenta que pertenece a esa generación de nuevos exiliados por el sistema educacional de ese país sureño, como no estuvo dispuesta a vender uno de sus pulmones (ya que lo necesitaba para seguir fumando) para pagar sus estudios de posgrado se vino acá, aquí, la verdad creemos que vino huyendo de la gran crisis que afectó al vino en caja tetrapack. Lo que no se sabe es que esta gata bajo la lluvia  vivió en México un largo periodo cuando era pequeña. Cuando el terror de Estado era política oficial y no extra, como hoy. Se rumorea en cada tienda de barrio que para superar sus múltiples fracturas, emocionales por supuesto,  se la ha visto ensayar por Tlalpan en una banda de cumbia sicodélica llamada “Valentina Conde y la Santa Voluntad”.

Algunas de sus obras teatrales montadas en Chile fueron: “Tanto sabor a sangre” (2004) y la revelación del humor caustico “Sopa de cebolla” (2005); y en México “Ángeles o de cómo se originó la tormenta en el vaso de agua” (2012), o “Dónde van a morir los pájaros” (2014), y atentxs a “La medallita” (2015).En esta pequeña selección de escritos veremos la sutil devastación de su desencanto, en donde se deja entrever un profundo amor por la cotidianidad, teñida por una melancolía de algo que no sabemos si reconoce en el recuerdo o es un pequeño hálito de posibilidad (que nos perdone Javiera por la licencia de optimismo). 



Una mujer


Vi pasar una mujer por la calle, desde la ventana la vi. Atravesaba el frío, cortaba con todo su cuerpo la neblina y el hielo suspendido en el aire, pero a paso lento, con la resignación de quien sabe que va camino a casa. Le rogué que fuera mas lento, le supliqué que su caminar fuera tan lento que la hiciera parecer quieta. No quería perderla, quería que siguiera allí hasta que yo terminara mi café, hasta que pudiera inventarle algo, una identidad al menos, distinta a la mía, una edad distinta a la mía, una nacionalidad y una profesión, por lo menos un nombre.

Pero la trayectoria fue corta, paso por paso me amenazó con irse para siempre. Solo dos sorbos de la taza, solo dos aspiradas de mi cigarro. Y sin oírme, sin hacer caso a mi desesperación, sin atender a mi deseo silencioso, despareció al fin, y mis ojos, los mios, tomaron esa forma de melancolía, un poco hacia abajo, un poco hacia la nada …
Después de la decepción vino una y otra inhalación, luego la pausa en la respiración, el suspenso que anticipa el pensamiento y entonces la alegría; di un último sorbo a la taza fría, al café ya frío, y me alegré por completo: que triste habría sido haberla conocido, haberla amado, haberla inventado, haberla construido, distinta, tan distinta a mi, tan de otra edad, tan de otro país, que triste habría sido amarla y verla partir.



no hay olvido 


Salió de la casa rosa de enfrente, en bata y pantuflas, al sentir el aire frío de la calle se cerró la bata sobra el cuerpo y cruzó los brazos sobre su cintura, casi no levantó la vista, pero pude ver sus ojos a lo lejos, apenitas los vi y en ellos la mirada imposible, la necesidad imposible, la obstinación imposible entre olvido y el para siempre.

¡Maldito esfuerzo, de levantarse todos los días y tener algo nuevo que olvidar, que cansancio de la mente, que a penas se recupera de soñar a su pesar, de soñarlo todo, de soñar más que vivir.

La contradicción mas absoluta es que el olvido se valga de la memoria para ponerse en marcha, para aceptarlo como un proyecto y como un posible- pensé-. Primero debe, la pobre mujer de la bata, rememorar las razones de la necesidad de olvido, remover ahí, directo en la herida, darle vueltas obstinadas e iniciar el borramiento.

Proceso maldito en que se deben contar los pasos al caminar, tararear en la cabeza viejas canciones, aventurarse en los bares, entre las piernas de algún amable desconocido; proceso en el que se debe hacer el rastreo y luego la rasa total de objetos reconocibles, para que la dehabitación del espacio se traduzca en la deshabitación del otro ser humano, la expulsión del otro individuo, la bienvenida del silencio y del vacío de la habitación.
Todo los días hay algo que olvidar, y se olvida tan despacito, tan en voz baja, con la cabeza hacia abajo, tan derrotado se olvida; e ilusos tenemos FE en que es posible; porque el homicidio está penado, porque no se pueden tomar las tijeras para cortar el pasto y salir a cortar cabezas, empezando por la propia, que agrede y bombardea, que no deja espacio ni en el desayuno, la maldita cabeza que manda cosas para adentro, hasta el estomago y produce nauseas y desciende el peso.
La maldita cabeza que ordena a los oídos grandes dosis de Billie Holiday y Bola de nieve, la maldita cabeza que manda a llover afuera de su ventana, la maldita maldita cabeza que está en contra de ella y su bata, la maldita cabeza que no la deja levantar la mirada y encontrarme tras este vidrio sucio, con mi propia bata acuestas, con mis propios huesos encerrados bajo el algodón.








Y afuera tanto silencio


Hay algo que necesito decir
pero no estoy diciendo nada
hablo hacia adentro
solo yo escucho lo que hablo
a menos que alguien viviera dentro de mí, y dentro de mí han vivido tantos que ya se han ido, pero supongo que sí queda una marca, siquiera una silueta, como la que dejan los cuadros sobre las paredes de las casas que han sido deshabitadas, si quedara solo una marca de alguien que pudiera escuchar esto que estoy diciendo o lo que necesito decir y no digo ¿querría escuchar o no?
La marca que puede haber dejado alguien ¿tiene o no tiene identidad? ¿Puedo reconocer quien estuvo ahí colgado de mi, por dentro, viviendo ahí dentro? ¿O es que adentro las gentes ya no son gentes? Y no hay nombres ni apellidos?
Y es que afuera todo está nombrado, todo delimitado, todo perceptible, afuera se habla con sonidos que salen de la boca. Pero adentro...adentro es una casa vieja, deshabitada, hecha de las ausencias de las cosas, adentro es una casa sin cosas, sin objetos que nombrar, solo se puede intuir lo que falta.
Y yo tengo algo que decirle a este silencio, porque voy olvidando despacito, pero olvido al fin y al cabo, y el adentro se va haciendo grande, grande el vacío de la casa, y lo de afuera, que miro desde mi ventana es tan pequeño como alcanza la vista.
Algo se tragó la ciudad, alguien cuyo nombre no recuerdo se la llevó a vivir a otro sitio, y yo necesito decir algo.
Que venga un pájaro y resuelva este silencio. 


Cuando volvimos del paraíso

Te miro la espalda curva
mientras caminas esquivando los coches,
con la cabeza baja,
recogida hacia el centro de tu vientre

primero vino el hombre,
después la desgracia.
-Eva solo un bocado para el paladar divino-

después vino mirarse los intestinos,
mirarse las vísceras
contarse las venas
uno
dos
tres
cuatrocientas.

lo feo fue que volviera a casa
sin flores en las manos,
sin sonreirle a nada,
con el puño derecho apretado.

Una vez en la habitación
se sacó los zapatos y volaron fantasmas,
-se arrancó la ropa en señal de desdicha-

después la desgracia,
el paladar divino que retorna,
la destrucción del hombre
para el advenimiento de la tristeza.
primero fue Eva
caminando entre los coches
sonriéndole a todo,
fueron sus vísceras
su corazón sus venas
su paraíso de carne y hueso
su belleza de muchacha
hacia el centro de su vientre
extinguida por fin
en su imaginación.