domingo, 24 de enero de 2016

Uñas rojas la metralleta presenta a este monstruo-pájaro viajero: Cristian Andrés Aravena Aravena

Los monstruos cantan en pajarístico pero los escuchamos en español. Los monstruos escriben con la música puesta, trabajan con los cigarros al lado y el humo invadiendo la habitación, con las botellas de vino. Los monstruos descansan de a ratos para soñar y hacen breves pausas para ponerse a llorar, porque leyeron algún verso demasiado bueno o alguna historia sobre las víctimas de la dictadura o sobre el Rodolfo Walsh o el Paco Urondo. Los monstruos también hacen pausas importantes para bailar, mover todos y cada uno de los músculos y llenar el cuerpo de ritmo como parte de la venganza: nuestra venganza en bailar y reírnos bien alto. Los monstruos también se detienen un momento a extrañar los bellos paisajes sureños y a sus compitas que ya son cientos porque los monstruos tienen esa capacidad asombrosa de tender la mano y construir puentes, lazos, que nos mantienen cerca. Los monstruos le hacen de comer a una cuando está más triste que nunca y luego le enseñan que la tristeza también destruye-reconstruye, los monstruos siempre tienen los remedios para los males de dentro y de fuera y fabrican otros monstruos con pelusas y basuras y crean pájaros con telitas viejas y se ponen alas y se visten de oso y le cuentan historias a los niños y niñas y tienen cajitas llenas de botones y brillos y se pintan las uñas y juegan, todo el tiempo juegan. Y es imposible, compañero, compañera, no enamorarse de estos monstruos que le enseñan a transgredir, a salirse de las normas, a darle la vuelta a las cosas y pensar en una posibilidad más torcida y humana...


Durante largo tiempo la “anormalidad” ha sido un motor de trasformación, una forma de subversión que combate esas formas de terrible ortodoxia y retorcida moralidad. La anormalidad, la diferencia, la locura, el placer, como frentes de lucha desde donde gritar la rabia histórica y de clase, desde abajito y a la izquierda. Como lo hizo el Lemebel al hablar por sus diferencias y muchxs más que le patearon el trasero a la rectitud y lo aparentemente “natural” y “correcto”, y se dejaron el cabello suelto y la creatividad libre, y los zapatos al revés y construyeron historias sobre niños desamparados y niñitas con cicatrices para dar cuenta de esa lucha que se emprende también desde lo marginado, lo débil, lo roto, que sólo es marginado, débil y roto porque el macho-capital-moralidad lo dicta. Este es el terreno en el que se inscribe este huacho, poeta-pájaro que ha recorrido los innumerables rincones de este país monstruo y le ha gritado su rabia y ha marchado al lado de las madres que buscan a sus hijos y de los compas que buscan la libertad y de las compas que se buscan unas a otras.


Uñas rojas la metralleta presenta a este monstruo-pájaro viajero: Cristian Andrés Aravena Aravena, actor, director, dramaturgo y poeta chileno, que hoy nos comparte sus letrasrabia escritas y sentidas desde ahí: la anormalidad, la soledad, el dolor, la exclusión, la marginalidad, la mano sostenida de un compa que despide a su padre, los oídos abiertos para una compa que denuncia a su agresor, la fotografía de la madre proleta, desde todos los sures, desde los errores, desde las manos tenidas a quienes luego le dan la espalda, desde las lágrimas coloridas y desde la lucha, la rabia, la resistencia, la felicidad explosiva. Desde el fuego que todo lo destruye para construirse otro mundo.

Seremos fuego.




Kerida Bertolt Brecht.

No sé por donde partir. Ya sé te escribo desde la profundidad de mi ano que se pierde entre la punta de mi erección y mi pensamiento.
Te escribo porke me sigo tomando en serio ese destinatario al ke escribías, al Hombre, hijo de la Historia y hoy me guardo la vagina para decirte erecta, que no logro distanciarme, no logro extrañarme, al contrario, me vibra.
Te escribo como una desadaptada sur americana, perdida en las viejas nociones del comunismo, macho europeo, hijo de su tiempo.
Toda la verborrea teórica para decirte ke te haría un hijo, para criarlo lesbiana, maricón, transexual y siempre revolucionaria.
Todo me lleva a eso.
Si cuando escribes “Tema y Forma”, no puedo sacármelo de la cabeza, y todo lo llevas al placer, como desadaptado no sé como explicarte que me siento parte de eso que me excluyen, pero La Revolución lleva mi género y por eso la porfío… pero te escribo pa contarte ke:
Fui Hombre y no llegó,
Sigo estudiando al manifiesto, intento el capital y no ha llegado,
Comunista no he sido, eso me falta?
Pero es que no confío, ni en el partido ni en el estado, tampoco en mi género.

Empecé a escribir poesía para cogerme más hombres.
Empecé a leer a Marx pa coger con más convicción y con más hombres, no me va muy bien en eso, pero ya no me importa tanto.

Por mientras sigo cogiendo
Leyendo
Peleando
Escribiendo
Que contigo aprendí que son la misma cosa.



No se le puede poner título

¿Qué le están echando a estas tierras que están dando cuerpos?
¿Quiénes regaban lo árboles  de los que hablaba la Nina Simone y con qué?
Porque siguen dando cuerpos como extraños frutos.
Si la tierra se tiene que regar con sangre, yo no quiero que siga siendo la de los míos. Ya hemos derramado mucha y se sigue sembrando lo mismo.
El campo está dando morenas hambres
El campo está dando negros asesinados
El campo sigue dando pobres
Y los niños tienen hambre, también de comida, pero más de preguntas.
Estoy viendo a los niños sembrar balas
Estoy viendo como los muertos matan a los muertos
Estoy viendo como se sigue descomponiendo la tierra y más.
No estamos haciendo gusanos
Yo seré varios de ellos
Y ¿Qué harás con semejantes mariposas?



Por el piso

Tus monedas kedaron regadas ahí,
Como unos pantalones que no me atrevo a recoger porke no sé dónde están los pies o la cintura.
Mi mudanza está a medias y no puedo continuar,
Parece que olvidé como meter las “cosas” en cajas.
Creo que se me olvidan las prioridades o qué va arriba y qué abajo.
Los pétalos secos de la buganvilias están regados por el piso.
Las monedas están regadas por el piso.
No quiero volver a escribir algo con el amor,
las letras están multiplicando las ausencias.
Me duelen las web cam y los emoticones me patean el bajo vientre.
Hay cajas, bolsas, libros, pétalos, monedas, papeles sucios, un saco de dormir, colillas y cenizas de cigarro tiradas por el piso.
Y, hoy, no me encuentro.

Me veo oliendo las colillas de cigarro tiradas en el suelo
Estoy dando vueltas por el agua ke escurre por las coladeras
Sigo cortándome los pies por culpa de una miope.
Y algo de eso me hace perder un ojo y salir a vagar por las calles.
Perro callejero otra vez.
Pero recuerdo akello ke dijo esa película ke no se nombra
Eso de ke al enemigo le conviene hacernos sentir ke estamos solos, así le es más fácil desarticularnos.
No kiero ocupar mi cuchillo contra kienes se supone están cerca
Pero ¿cómo distinguir ese dúo espacial cerca-lejos?
Uffff y kiero besos o caricias de esas ke se dan al perro de la calle.
Y la noche es tan noche y tan lluviosa.


Hey, tú, machito idiota

Hey, tú machito cuidado
No tienes idea cómo arañan estas uñas metralleta
Cuando se meten con una de nosotras.
Hey tú machito idiota
enfermo hijito sano del capitalismo y el patriarcado
ten cuidado con esa mano
no tienes idea la cantidad de manas que te vamos a saltar encima.
Hey tú, machito padre idiota y no deseado
Pudiste golpear a mi madre, solo por ke yo era más pekeña
y pensaba ke estaba sola;

no tienes idea cuántas somos,
cómo atacamos
y cómo nos levantamos…
inclusive están con nosotras las ke mataste,
esas ke pensaste que eran un objeto y que dejarías calladitas con tus golpes
estamos acá, todas,
somos las que mataste, las que no y las que vienen.
Estamos hechas de ceniza, llanto y rabia, sobre todo y mucha.

Así ke cuidadito porke atacamos desde abajo y a la izquierda.




Cinco cosas pido:
Cinco cosas exijo:
Cinco cosas me devolverán la paz:
Cinco cosas para los míos:

La primera es ver arder ese palacio de la inmundicia. Que la leña sea cada uno de aquellos que lo ha levantado y construido.

La segunda es la libertad de mis hermanas, hermanos presos, el amor que sentimos devendrá en rabia y echará abajo aquello que con sus mentiras han construido.

Lo tercero es la recuperación de todo. Sí, así de grande y de posible, de todo lo que siempre nos ha sido.

Lo cuarto es la justicia de ver arder esos palacios que la encarcelaron, esta justicia no vendrá desde esos sillones lujosos llenos de grasa y pedófilos.. esa justicia vendrá de los míos.

Lo quinto, no lo pediré yo. Lo pedirán los que vienen, los que continuarán y velarán porque aquello que derrumbemos se quede y se vuelva a caer para que ellos construyan lo que necesiten. Lo quinto será de los niños de la tierra libre, ellos dibujarán otras cinco más.

Les va a doler el triple.
Porque nos hemos caído y nos han matado,
Pero al final y victoriosos…


                                                                                  VENCEREMOS.




Podría haber muerto, tanto en la selva, en la fábrica, como en uno de tus homenajes y
            pagas por mis restos desaparecidos.
U
L
Soy: la bala que se chingó; la idea en el cuerpo enterrado, pero hecha semilla; el
            maricón del que se rieron, que luego torturaron, o que mandaron al sidario y
            que no murió en tu retórica pos pos pos, poh!
Iluso macho, me pensaste florcita, pero no polen y mucho menos tierra
Ó
N

R
E
Vuelo por ahí y por aquí, mis cenizas las hicimos piedras, conchetumare!, y pronto de
            los metales oxidados de alguna fábrica olvidada, adivina qué seré y qué haré
            contigo y los tuyos
O
Las letras en el papel pudiste quemarlas, más no las palabras en las viejas que se
            lanzaron a las calles, más no los lienzos de las y los cabros chicos con hambre
            de la guata y de la cabeza que vuelven a sus calles, hoy enrejadas. No me
            pensaste cumbia fusil en las caderas de mis hermanas, no me pensaste alegre
            y revoltosa
U
C
I
O
N
R
I
A





Te recuerdo

y así pasaste, como han pasado tantos,
y lo único que ha quedado
es un poco del olor de tu perfume en mi poncho
y los herpes, que molestan tanto como los recuerdos.




Al carpintero rosa

Hoy te fuiste y dejaste olvidados los clavos
Esos de tus piernas que se clavaron en mis ojos.
Creo que el pegamento pa madera se me dio vuelta encima del pecho
Cuando te abracé.
Señor carpinterito, marinerito, ya no tan niño, pero bonito.
¿Quiere que le diga algo?
Necesito arreglar todos los muebles de mi casa
y de mi corazón.
¿Sería tan amable de ayudarme?
Estoy dispuesto a cambiarle la cerveza que tengo por corazón,
Por su martillo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario