jueves, 9 de julio de 2015

1er Manifiesto Uñas Rojas La Metralleta






1er Manifiesto Uñas Rojas La Metralleta

Vemos en el arte una herramienta de TRANSformación, una herramienta para la modificación de la realidad, ya sea a través del ejercicio directo (arte-panfleto) o a través de su simbolización no burguesa, nuestras uñas rojas tomarán la metralleta para hacer del arte un patrimonio común entre comunes.

Entendemos el arte como: trabajo, acción, creación, movimiento, placer, como frente de lucha, como un espacio de disputa y en disputa. Y en ese sentido elegimos a los artistas, movimientos, colectivos, personas, mujeres, hombres, niños, niñas, que hacen del arte una herramienta de lucha; es decir, elegimos el arte combativo. Como también elegimos leer, mirar, sentir, el arte desde el combate.

Vemos revivir, deambular, correr, vivir la historia de combate en el campo artístico latinoamericano, desde donde grupos, literatos, literatas, poetas, pintoras, artistas plásticos, colectividades teatrales, en fin, han disputado no sólo el campo artístico, sino el campo político con sus propias armas, recursos e incluso sus propias cuerpas; han disputado la concepción, configuración y práctica artística; han disputado el propio concepto de arte y han alzado la voz pidiendo “más personas que realicen arte y menos artistas”.

queremos al artista en su sitio devolviéndole su condición humana y terrestre, sin superioridades abstractas sobre los demás hombres[1]

Sería necesario e infinito  un pase de lista, por demás importante, de aquellas mujeres y hombres amenazados, perseguidos, acosados, encarcelados y asesinados durante la historia reciente latinoamericana porque sus ideas, sus palabras, cuentos, obras y poemas fueron definidos por los dominadores como peligrosos para el sistema. Y hablar, de la desaparición forzada de Rodolfo Walsh en Argentina, justo después de publicar su “Carta abierta a la junta militar”, en la cual ponía al descubierto las cifras reales de los desaparecidos y las desaparecidas y las formas de asesinato ejercidas en ese país. De Víctor Jara, obligado a tocar la guitarra con sus manos destrozadas por la tortura Milica; de Pedro Lemebel y las yeguas del apocalipsis, bailando la cueca chilena sobre un mapa de América Latina lleno de pedazos de vidrios de botellas de coca cola, mientras sus pies iban dejando manchas de sangre por todo el mapa y así, también, dibujaban nuestra historia; del poema “El sur también existe” de Mario Benedetti, de la obra teatral montada a partir de un texto de Engels, por Juan Carlos Uviedo, expulsado “por disidente” de Portugal, Argentina, Brasil y México. Y tantos y tantas más . De todos aquellos y aquellas de quienes prohibieron sus libros. Hombres y mujeres que dejaron las plumas, pinceles o escenarios y tomaron, literalmente, las metralletas. Todos ellos y todas ellas, autores y autoras que conforman nuestro, sí nuestro, arte desde la resistencia, arte combativo en América Latina.  Hombres y mujeres quienes continúan luchando, sí, desde el arte; a pesar de los esfuerzos, de algunos grupos, por conformarlo como un espacio despolitizado, elitista y autónomo en el sentido de aislado y asocial. Aunque se siga pensando en el arte, partiendo de la tradición romántica, como un refugio del mundo caótico y de muerte que ofrece el capitalismo. Aunque se siga viendo al arte como una  suerte de válvula de escape ante la precarización de la cultura gracias a las masas o aunque hoy se expongan las obras tremendas de Antonio Berni en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, ubicado en una de las zonas más adineradas de Argentina. Aunque el “arte popular” siga apareciendo como una concesión del gremio y la élite de artistas, como espacios folclóricos y menores. Aunque hoy, aquellos que se sienten capacitados para hacer crítica de arte, sigan usado palabras como “nacos”, “flaites”, “pobres” o “vulgares” y mientras piden por la difusión de las obras, hacen campañas brutales para seleccionar, a partir de una cuestión de clase, a quienes tienen “permiso” de disfrutar de la belleza del arte internacional. Aunque el arte, aquellos y aquellas quienes hacen arte y aquellos y aquellas quienes estudian arte, sigan siendo violentados y violentadas por una academia, incluso por la academia de izquierda, que en una muestra de contradicción, ve a los proyectos del campo artístico como menores, inservibles o inútiles, en este mundo donde la utilidad es definida desde la lógica del capital. Aún hoy, ante la disputa vigente entre el arte por el arte y el arte político, entre el arte enajenante y el arte combativo, reivindicamos a algunas manifestaciones artísticas como un elemento detonante dentro de los procesos emancipatorios y revolucionarios de nuestro continente y el mundo.


Sobre la belleza

¿De qué hablamos cuando hablamos de belleza? No hablamos de belleza sino de experiencia.

Bella experiencia... porque cuando sentimos eso, no es unívoco, bobo o que embelesa, al contrario, esa belleza conmueve y llena de contradicciones, nos hace ver otro tipo de cosas, que nos lleva a cuestionar la vidita misma, en su materialidad, en las condiciones que sustentan o sustentaron eso que llamamos arte, que para nosotros debe  disputar un espacio dentro de la reproducción social, que en palabras del Che, sería quitarle, arrebatarle el patrimonio de la belleza a la burguesía.
Una conmoción.
Esa conmoción puede venir tanto desde lo que representa, como desde el cómo se representa.
No debiéramos enredarnos una y otra vez en el laberinto de la belleza, de su definición y sus puntos, ni situarla en la forma, siempre en la forma o en los temas a propósito del ser individual. Porque el punto es entender que nuestros ojos son otros ojos y mirar es una elección consciente, como lo es no mirar los cadáveres entre los que caminamos o no mirar a quienes no están. Mirar la belleza del contenido, mirar la belleza del análisis social, mirar la belleza del proceso de la conciencia de clase, sus lágrimas y su sangre roja y el arrebatar el grito, el derecho al grito. Elegimos desde dónde mirar la belleza.

Contra la belleza y sus cánones establecidos se levantaron, también, los proyectos del arte combativo latinoamericano. Contra la belleza bien vestida, contra la belleza que se conforma sólo y exclusivamente en la forma, entonces una puede decir hermosamente que hay personas con hambre, que hay muertos y desaparecidos, que hay feminicidios y lo que importa es la forma en que se diga y no el contenido, no el proyecto. Contra esa belleza terrible y destructora, se levanta la historia continua de muchos y muchas quienes creemos que la belleza es otra cosa, que belleza no significa necesariamente arte, que belleza no significa necesariamente algo, que la belleza está en otro lado, más cerca de los versos de los y las combativas, más cerca del descubrir el derecho al grito y más lejos de la estética monopolizada por la clase dominante, que nos quiere imponer cómo ver y cómo sentir.
Entonces conviene volver a decir: “Más importante que aquel que combate en el plano intelectual, de la idea, es el que le quita a la clase dominante el privilegio de la belleza”. Y gritar: Cronopios y Cronopias del mundo, uníos…contra la belleza.


El arte ¿Dónde?

Entendemos que el trabajo artístico y la vida misma del o la artista están ligadas a un proceso histórico y que el o la arte no tan solo representa sino que también desmembra las partes de un espacio opresor. En este sentido nos manifestamos como lectoras de múltiples procesos artísticos pero con un mismo prisma de lectura, la politicidad de los procesos de arte.
Del mismo modo asumimos que la academia y la institución arte son un terreno en disputa, sin embargo nos interesa también entrar en la disputa y visibilización de esos espacios violentados, acallados, perseguidos de las artes, esos que no son tan fáciles de rastrear porque la mano elegante y violenta de la historia oficial a vapuleado y ofendido siempre. 
Coincidimos con Eagleton[2] en que las disputas del campo artístico han estado muchas veces escritas con lucha y sangre, como él plantea, como lo hacen Marx y Engels en el Manifiesto Comunista, o como lo hace Brecht a lo largo de su obra: la revolución burguesa fue (es) una de las más importantes de la historia de la humanidad y de ella hay que echar mano; ¿Por qué? Porque así como entregó las herramientas a la mano del poder para oprimirnos, también nos da la posibilidad de autonomizar y reapropiar ciertos elementos que a estas alturas ya nos son de todas y de todos, “Toma lo que te sirva” decía Brecht a lo que agregamos desde el punk “Hazlo por ti mismo”; con esto planteamos el terreno movedizo y recuperable de la institución y el terreno fértil de la espontaneidad y la autonomía.
Dónde el arte:
el arte surge en las calles, en las alcantarillas, en las paredes, en los muros, en los baños de los bares, en las noches mas oscuras, en la sierra, en las servilletas ocupadas, en la banqueta (cuneta), en una caja de vino barato, en las manos callosas, en la piel morena, en la selva, en la compañía, donde no hay privilegios, en la fealdad, en el día y en la noche, en las alitas rotas, en la pobreza vapuleada, en un paradero de autobús, en el muro de una micro, en los mensajes de los niños drogadictos que se pasean por el metro, en los ojos de las niñas que se prostituyen en los trenes de Buenos Aires, en las enfermedades destructoras, en las trenzas de las abuelas,  en alguna muestra de sangre de algún hospital público, en la sala mortuoria de urgencias, en las llagas sidosas de la espalda de un compita, en los corazones rotos y en los corazones completos, en lo amorfo, en lo cercenado, en el sexo de una noche que se siente para toda la vida, porque ella misma se puede ir en eso,  en dos hermanas que se reconocen en sus lágrimas y desde ahí se revuelcan en la vida…

La palabra es acción.
El arte no te hace una buena persona, la lectura no te hace una buena persona, escribir, pintar, no te hace una buena persona. Ni un genio. Ni un ser extraordinario.
El arte no es individual
El arte no como refugio del mundo
El arte no como válvula de escape
El arte como una acción colectiva  y violenta

Pero, sí, el arte causa placer y se disfruta.

A propósito de nuestra/su/la revolución

La convicción a la que finalmente llegaron fue que el arte no tenía que esperar a la revolución para adquirir un sentido político, sino que podía aspirar a integrar incluso las fuerzas capaces de provocarla.
Andrea Giunta


Si yo no puedo bailar, tu revolución no me excita ni me incita a nada.
Si llevo las uñas pintadas y me siento bonita, ni te darás cuenta que guardo una pistola,
Y a ti y a tu macho revolución, te llevarán a la muerte
La más simple será la física, la más compleja es la que me persigue hasta el día de hoy;
Y es que comprendas que cuando voy por el pan, también voy por las rosas
Y hoy más que nunca hay que arrebatárselas al macho capital.
La bala de tu revolución no será la mía si no me ves más allá de lo bella y el culo.

Si su revolución no kiere arte,
Si su revolución no puede con las niñas indefensas,
Si su revolución no fomenta el alitismo rotístico
Si su revolución no le va a dar rayitos de sol a mi ser plantita
Si su revolución se pinta de colores, pero solo ve en blanco y negro
Si su revolución nos va a mandar a Siberia con las metáforas y el llanto
Nos pasamos por el tajo del pene esa revolución
(en momentos desagradables nos aparece el pene).
Entonces nos veremos en Siberia,
Y en Siberia habrá pintura de uñas para todas, de todos los colores y con todos los pinceles.

La revolución consiste en tutelar a una niña indefensa y regar una plantita hasta pulverizar(les) los ojos.
La revolución consiste en construir una autoridad y no llamarla autoridad, porke no creemos en la autoridad.
NO.
Mandar obedeciendo.
No hay que aceptar el mundo como es, sino como una quiere que sea.

YOSOTRAS o Uñas Rojas La Metralleta

Yosotras queremos:
Visibilizar procesos artístico-políticos en América Latina. Pero, y ojalá se pueda siempre, esos que están abajito, esos de los nadies y los de los nadies del arte.
Posicionarnos como colectivo “uñas rojas la metralla”.
Pintar las uñas de la revolución.
Enseñar a mover la pelvis a los revolucionarios.

Raramente rescataremos figuras, artistas o personas (personajes) individuales, responderemos a movimientos, a fuerzas motoras, asumiendo que cada una y uno de ellos eran unos alguienes sujetos a un o varios espacios sociales; porque hasta el más solitario o solitaria de ellas tuvo compañía.
Los maravillosos cuentos de Borges a pesar de Borges.

Uñas rojas la metralleta nació una de esas noches de junio en la que buscamos explorar de qué estaban hechas nuestras tristezas. Y lo descubrimos, están hechas de la necesidad de crear, de las ausencias de posibles y también de bailar, porque quién dijo que la revolución no se baila.

Para yosotras la tristeza es una herramienta de creación y, sobretodo, de lucha. Es decir, hablamos de una tristeza combativa, que construye, destruye y reconstruye. Cuando vos decís tristeza también estamos luchando, porque la tristeza no nos paraliza, no nos aleja, no nos aísla. A veces es necesario romperse para mirar:
"Una mirada desde la alcantarilla puede ser una visión del mundo"… y una mirada trizada pueden ser 8 posibilidades de enfrentar al mundo.

"Contra la realidad social, vestida y opresora, catastrada por Freud – la realidad sin complejos, sin locura, sin prostituciones"[3], sin niñez, sin diferencia, sin gamas explosivas de emociones, vamos con uñas dientes y metrallas.
Nos asumimos inquietas, intranquilas, inconclusas, incompletas, incesantes, incansables y subversivas mientras exista la miseria humana

Nuestros textos responderán mayoritariamente a una figura narrativa femenina, las que conformamos este colectivo nos sentimos mujeres, independiente de nuestra biología. Reivindicamos el espacio de disputa al género masculino y a su nefasto legado opresor. Mi pene me hace sentir más mujer ke hombre. Y si este aparece será para denostarlo.

Uñas rojas la metralleta viene a decirte que los falsos dualismos o supuestas disputas de supremacía de ciertos aspectos de la sociedad por otros, te los dejamos a ti, bonita.

Ya tuvimos crisis emocionales cuando podíamos y cuando no,  y cuando quisimos rompimos  en llanto y gritos, y luego vino el miedo y tuvimos miedo de nuestros propios compañeros y nos sentimos solas en la sierra, y enfrentamos a nuestros miedos y a nuestros propios compañeros y supimos aprender y supimos defendernos y supimos reírnos y  ser violentas cuando fue necesario serlo y apartamos la mirada de las personas que nos lastimaron y supimos apoyar a un amigo y también a un amiga y supimos defraudar, pero por no quedarnos calladas, ni quietas, ni dormidas aunque tomáramos pastillas para dormir y vino barato. Ya aceptamos nuestros errores, ya odiamos nuestros errores, ya aprendimos de nuestros errores, ya quisimos ser otras, ya aprendimos de otros, ya aprendieron otros de nosotras, ya nos apartamos de quienes nos negaron, minimizaron, invisibilizaron, rompieron, de los ciegos y los que gritan sin sentido, sin sentir, ya defendimos a otros y otras nos defendieron. Y otros nos acusaron sin conocer nuestra historia...

No sabemos amar a medias, no sabemos vivir de mentiras, no sabemos volar con los pies en la tierra...
Tenemos un apetito voraz y los delirios más locos.
Nos puedes hasta empujar de un acantilado que vamos  a decir:
- ¿Y qué? ¡AMAMOS VOLAR![4]

No hay que aceptar el mundo como es, sino como una quiere que sea.
Restituimos nuestro legítimo derecho al pajarístico, a su reempoderamiento y a la socialización de sus barrotes emancipados vueltos pájaros.
Reivindicamos el trino, como lengua materna y madrerna
Y la violencia en el arte, desde el arte y en su incontención a partir de éste, o sea las armas, pero ¿bajo qué estrategia?
Somos la versión punk de una oruga a punto de ser mariposa,
La versión trash de un huevo ke va a ser pajarito,
Somos la bipolaridad hecha piedra, somos niñas con un cuchillo bajo la falda, somos la melancolía a punto de explotar en tu cara de pene (da lo mismo si eres hombre o mujer porke detentas un poder macho),
somos dos locas de anomalía, de confusión y de multicualquier sexualidad, 
somos demasiado femeninas para encajar en tu feminismo ortodoxo y demasiado masculinas para que no te devolvamos el ataque, 
sentimentalmente bailamos de rojo sobre tu normatividad, inquietándote, contagiándote,  infectándote y molestándote todo lo que se pueda.
Somos esos, los del arte, el lado femenino sentándose encima de las ciencias “duras” y de las duras cabezas.
Somos Las uñas rojas, de las uñas rojas de nuestra Víctor.
Somos las uñas rojas, las de la metralleta porque los pobres no saben que son poesía porque ningún rico se los ha dicho y no escuchan a las poetas pobres.[5]


Y no es por mí, ella o aquella
Nosotras ya estamos viejas
Y su utopía es para las generaciones futuras
Hay tantos niños y niñas que van a nacer
Con una alíta rota, con ganas de crear y hacer arte, con ganas de llorar, con depresión crónica, con diferencias marcadas, con sentimientos anormales, con derrumbes emocionales, con las uñas rojas, histéricas, glamurosas de pobreza, con hambre y con miedo
Y queremos que vuelen compañero compañera
Que su revolución
Les dé un pedazo de cielo rojo
Para que puedan volar.[6]

Y como en el inspector Gadget, este manifiesto se autodestruirá cuando ya no sirva para nada. Este manifiesto se autodestruirá cuando la y el común haga estallar el yugo opresor, o sea este manifiesto apunta a construir su auto-común-destrucción; apunta a un momento en donde ya no volverá a ser necesario.


9 de julio de algún año que llamamos 2015, México ¿lindo? y herido.


[1] Gonzalo Arango, primer manifiesto nadaista. Disponible en: http://www.gonzaloarango.com/ideas/manifiesto1.html

[2] Terry Eagleton, La estética como ideología.
[3] Oswald de Andrade, Manifiesto Antropófago. Disponible en: http://www.buenosaires.gob.ar/areas/educacion/cepa/manifiesto_antropofago.pdf

[4] Supuestamente Clarice Lispector.
[5] Claudia Rodríguez, Manifiesto Horrorista Travesti. Disponible en: http://www.claudiarodriguez.cl/manifiesto-horrorista-travesti/

[6] Pedro Lemebel, Manifiesto Hablo por mi diferencia. Disponible en: http://lemebel.blogspot.com.ar/2005/11/manifiesto-hablo-por-mi-diferencia.html

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